Los ministros de finanzas del G20 han acordado colaborar para establecer medidas fiscales dirigidas a los multimillonarios.
Aunque la propuesta de un impuesto global no alcanzó consenso, este acuerdo representa un avance significativo en la búsqueda de justicia fiscal.
Durante la reunión en Río de Janeiro, se destacó la necesidad de abordar las desigualdades económicas que afectan el crecimiento y la cohesión social. Brasil, bajo la dirección de Luiz Inácio Lula da Silva, fue el anfitrión de esta cumbre histórica y promovió la idea de un impuesto coordinado a las grandes fortunas.
A pesar de las diferencias entre las naciones, el compromiso de trabajar juntos en la reforma tributaria ha sido bien recibido. Fernando Haddad, ministro de finanzas de Brasil, expresó su satisfacción por el reconocimiento de este tema en la declaración del G20.
La declaración final resalta la importancia de políticas fiscales que promuevan la equidad y la progresividad. También se menciona el intercambio de buenas prácticas y la lucha contra la evasión fiscal, temas que serán discutidos en la próxima cumbre del G20 en noviembre.
Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, y Gabriel Zucman, economista francés, han elogiado la iniciativa, marcando un hito en la historia de la tributación internacional. Greenpeace también ha reconocido este paso como una señal de cambio hacia la equidad.
