Narco, ejército de reserva para el golpe

Por José García Sánchez

X: @Josangasa3


Si el narcotráfico tuviera la fuerza dentro del gobierno que la oposición asegura estaría trabajando con ellos para impulsar un golpe de Estado y recuperar los que consideran que, por derecho, les corresponde. Los conservadores andan carentes de la cuarta pata de la mesa que sirva de plataforma de despegue para concretar el golpe de Estado blando tan ansiado por ellos.

Las acusaciones sobre la vinculación entre el narcotráfico y la Cuarta Transformación o alguno de sus integrantes, han resultado falsas por la falta de comprobación contundente. Los intentos fallidos de golpe blando en México requieren de una bisagra financiera que garantice al Poder Judicial, (en trámite), los medios, (sin credibilidad) y el empresariado (en la incertidumbre), no sólo un apoyo logístico permanente sino un financiamientos constante y estable.

Cualquiera de estos tres poderes en este momento aceptaría la intervención del narco que tanto satanización como apoyo para rescatar sus privilegios. Esto nadie lo duda.

Ningunos de estos poderes fácticos, incluyendo al clero, no dudaría en asociarse con el mismísimo diablo para recuperar sus privilegios. Estas agrupaciones en México existen, nadie lo niega pero están más divididas que los partidos de oposición.

Millones de dólares le costó a los mecenas de la oposición durante las campañas lanzar bots para acusar de narcotraficantes tanto al presidente saliente como a la presidenta entrante. Un cuento que quisieron convertir en realidad a fuerza de repeticiones pagadas, todas, incluso las formadas por los columnistas más rancios, los medios convencionales y los autodenominados líderes de opinión se desgataron tanto que ya ni ellos quieren mencionarlo.

Un gobierno sólido, con un líder consolidado, teniendo como base un poder hegemónico a base de una fuerte votación a su favor repele, por estos hechos la penetración del narcotráfico a sus decisiones. La delincuencia organizada encuentra fortalecimiento en gobiernos frágiles sin hegemonía, como el de Felipe Calderón, o el de Peña Nieto.

La experta en narcotráfico y desarrollo político, Sara Núñez de Prado, señala: “Asimismo, ante un estado débil la posibilidad de infiltrase en las redes del poder se hace más fácil, desarrollándose así altas dosis de corrupción que cada vez dificultan más la lucha contra el narcotráfico”.

La base concreta de un gobierno con el narcotráfico es que éste no paga impuestos. De ser así, México tendría en sus arcas inimaginables cantidades de dinero para fortalecer los programas sociales y para impedir que los privilegiados recuperen sus ilegales canonjías. Al mismo tiempo es una muestra de los viejos regímenes que marcan la desigualdad social. Los millones de dólares que implican esa actividad, y los millones de pesos que esa misma actividad representa en productos alimenticios sembrados y cosechados, con el mismo trabajo que la siembra y cosecha de la droga.

Si alguien está más cerca del narcotráfico es la oposición, por el simple hecho de serlo. No estar dentro del poder se facilita estar contra él y todo lo que representa como el derecho y la legalidad. No estar dentro del poder añeja de la legalidad y acerca a la ilegalidad con mayor naturalidad y muchas veces, impunidad.

La oposición eligió el insulto frente a un contrincante con programas sólidos y ahora les atribuye a éstos su derrota electoral. Un segmento de la sociedad que está acostumbrada en la vida diaria a pedir siempre algo a cambio de algo, atribuye el triunfo del partido en el poder a los programas sociales, como un toma y daca gigantesco, sin tomar en cuenta que la sociedad conoce perfectamente que un programa elevado a nivel constitucional nadie puede arrebatárselos.

Programas sociales y privilegios son antagónicos porque los primeros son derechos y los segundos parte del saqueo que realizaron por muchos años los antiguos regímenes. Añoran la defraudación fiscal, la impunidad sin importar el delito, la superioridad al resto de los habitantes, su imaginaria casta divina, sus diferencias sociales, etc.