De ‘Alito’ me como un taco

Por Aldo San Pedro

X: @a_snpedro


Hubieron, hay y seguirán existiendo dirigentes ‘buenos’ y ‘malos’ en partidos políticos. Asimismo, sus decisiones podrán ser calificadas como ‘buenas’, ‘malas’ y ‘lamentables’. Clasifico las motivaciones detrás de estas decisiones en ‘personales’ y ‘colectivas’. Si combináramos estas variables, el número de resultados no cabría en una columna de opinión.

Sin embargo, hay un resultado del que vale la pena hablar: un común denominador en el párrafo anterior, un mal dirigente que se ha beneficiado ‘personalmente’, ha visto florecer la ‘colectividad’ de su grupo cercano, tomando ‘malas’ y ‘lamentables’ decisiones en los últimos años, las está tomando y muy probablemente seguirá haciéndolo en el futuro, hasta colapsar el instituto político que ha contribuido a liquidar.

Si usted pensó en Alejandro ‘Alito’ Moreno, está en lo correcto. La respuesta no es tan sencilla como parece, tan solo el Partido Revolucionario Institucional (PRI) enlista 55 dirigentes nacionales en sus 95 años de existencia, de estos han tenido representantes dignos de hacerse del galardón al peor Presidente de partido político.

Es de dominio público las ‘malas’ decisiones que este personaje ha materializado a lo largo de su dirigencia. Estas han sumergido al PRI en la peor crisis de su historia, permitiendo la entrega del poder absoluto de los restos de ese instituto político al peor dirigente que ha tenido.

Es muy lamentable para muchos priistas de base que aún creen en los ejes rectores sobre los cuales se construyó un partido tan hegemónico. Con tristeza, afirmo que su existencia está condenada a desaparecer, ya sea porque nuestro personaje lo dirija magistralmente a perder el registro ante el Instituto Nacional Electoral (INE), o porque de la oscuridad surja una resistencia que aglutine a esa base dirigente que quiere un partido revolucionario pero no un cacique al frente de él. Personalmente, espero que ocurra lo segundo.

Los principios y ejes revolucionarios no deben morir con el PRI. Como menciona el Che Guevara en su carta titulada «El socialismo y el hombre en Cuba», «El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor«. Deberá ser el amor y la lucha por los ideales revolucionarios lo que logre que las bases militantes y simpatizantes de esa fuerza política en decadencia construyan una nueva corriente política alejada de las imposiciones sectoriales y, desde la oposición, ganen nuevamente, uno a uno, un lugar en la preferencia de mexicanas y mexicanos que hoy no se sienten representados. El reto ahí está.