Petróleos Mexicanos (Pemex) anticipa impactos potenciales significativos en sus ingresos debido a la transición energética. La empresa estatal ha identificado un potencial impacto financiero alto en factores de riesgo como el aumento en la demanda de productos bajos en carbono, reducción en disponibilidad de capital para inversiones en el sector, y alta volatilidad de precios de petróleo y gas.
El “Informe de Riesgos Climáticos” de Petróleos Mexicanos (Pemex), revela que el conjunto de medidas que se tomen para reducir la emisión de gases de efecto invernadero en los modelos de producción, distribución y consumo de energía significan retos y oportunidades para la petrolera.
Pemex ha previsto varios escenarios en su camino hacia la transición energética. El escenario Inflections supone una reducción en la demanda de petrolíferos, principalmente a partir de 2030, originada por políticas públicas dirigidas a incentivar la electrificación de las flotas de transporte y otras políticas privadas de empresas automotrices.
El panorama Green Rules considera que la demanda se ve afectada principalmente por restricciones importantes en el uso de vehículos de combustión interna, así como la reducción de subsidios a combustibles fósiles. Mientras que el escenario Multi-Tech Mitigation considera que se implementan tecnologías limpias en todos los sectores, con mayor afectación en la demanda de petrolíferos.
LOS PASIVOS DE PEMEX
La complicada situación financiera de Pemex, caracterizada por altos costos en refinación, pasivos laborales y proyectos en el sector upstream, se ve agravada por la transición energética. La empresa enfrenta una deuda que asciende a 100 mil millones de dólares, la más alta del mundo en su sector.
Ante este panorama, es crucial que Pemex y el Gobierno mexicano tomen decisiones estratégicas para garantizar la sostenibilidad de la empresa, la estabilidad de las finanzas públicas y la seguridad energética del país.