Alianza Maya por las Abejas Kaabnaloón denuncia la muerte masiva de polinizadores

En Yucatán, la apicultura enfrenta una crisis sin precedentes: deforestación y negligencia gubernamental amenazan la existencia de las abejas y el legado apícola de la región.

 

Los apicultores de la península de Yucatán están alzando la voz ante una crisis que amenaza no solo su sustento, sino el equilibrio ecológico de la región: la alarmante decadencia de la apicultura. En una reciente rueda de prensa organizada por la «Alianza Maya por las Abejas Kaabnaloón», destacaron que la crisis climática es solo la punta del iceberg en la serie de factores que han llevado a la muerte masiva de abejas.

 

La falta de medidas restrictivas sobre el uso de pesticidas y la ausencia de sanciones por parte de las autoridades gubernamentales han sido señaladas como causas directas del problema. La expansión industrial, sin precedentes en la historia de la región, ha cuadruplicado la deforestación en los últimos cuatro años, despojando a las abejas de su hábitat natural y poniendo en jaque la biodiversidad local.

 

En Hopelchén, los apicultores, con el apoyo del Colegio de la Frontera Sur, han identificado al fipronil como el plaguicida letal para las abejas. Este químico, prevalente en ranchos aledaños a los apiarios, ha contaminado los pozos de agua, volviéndolos inservibles para el consumo humano y animal.

 

 

Los megaproyectos gubernamentales y la migración menonita han exacerbado la deforestación en áreas como Hopelchén, erosionando un patrimonio cultural invaluable. En Tizimín, las pérdidas económicas ascienden a más de cuatro millones de pesos, atribuibles a la tala indiscriminada y los efectos del cambio climático.

 

EXIGEN SANCIONES PARA DETENER EL DECESO

 

Frente a esta situación, los apicultores demandan acciones concretas: el castigo para quienes dañan intencionalmente a las abejas, la prohibición del fipronil, la detención de la deforestación y la creación de políticas que salvaguarden la apicultura. De los 60 plaguicidas utilizados en la región, ocho son mortales para las abejas. Además, los incendios provocados para cambiar el uso del suelo a monocultivos agravan aún más la crisis.

 

A pesar de la gravedad de la situación, ningún candidato político ha presentado propuestas firmes para la protección de los apiarios. Los apicultores hacen un llamado urgente a los líderes y a la sociedad para tomar medidas que aseguren la supervivencia de las abejas, pilares de la polinización y guardianes de nuestro medio ambiente.

 

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