Con la próxima instalación de una base militar en Texas, que recibirá a 300 soldados en abril, el estado busca gestionar el fenómeno migratorio en la frontera con México. El gobierno de Texas planea erigir una base militar en la ribera del río Bravo con el objetivo de controlar el cruce migratorio irregular desde México hacia Estados Unidos.
Esta iniciativa se presenta en un contexto de disputa por el control fronterizo entre el estado de Texas y el gobierno federal.
El anuncio fue realizado el viernes por el gobernador Greg Abbott en la ciudad de Eagle Pass, ubicada en el extremo sur del país.
Acompañado por soldados, el gobernador informó sobre la futura construcción de la instalación en un terreno de aproximadamente 32 hectáreas, con la capacidad de albergar hasta 300 soldados a mediados de abril.
Abbott destacó que esta base militar en Eagle Pass mejorará la capacidad operativa del departamento militar de Texas, permitiendo la presencia de hasta 1,800 soldados, con la posibilidad de ampliar la cifra a 2,300.
El gobernador criticó al presidente demócrata Joe Biden, acusándolo de permitir una «invasión» en el país y de no abordar las actividades de las bandas criminales en la frontera.
La crisis migratoria se ha convertido en un tema central para las elecciones presidenciales de noviembre. Abbott respalda al ex presidente Donald Trump, conocido por su postura antimigratoria, mientras que Biden busca la reelección.
En enero, las tropas de Texas asumieron el control del Parque Shelby en Eagle Pass y han instalado cercas de alambre de púas a lo largo de aproximadamente 160 km en la ribera del río.
La administración Biden llevó el caso a la justicia, argumentando que las fronteras son jurisdicción federal.
Abbott señaló la efectividad de las cercas de alambre de púas en el Parque Shelby y afirmó que la presencia de soldados cerca del río permitirá construir rápidamente estas barreras adicionales.
El gobernador sostuvo que las medidas implementadas en Texas han contribuido a la disminución del cruce de migrantes y rechazó la idea de un mayor control por parte de México, argumentando que son los cárteles quienes controlan la frontera.
En cuanto a las acciones legales, la Corte Suprema ha autorizado a la policía fronteriza a cortar el alambrado, pero mientras el proceso sigue en tribunales, Texas continúa extendiendo la cerca.
Un juez federal decidirá si una reciente norma aprobada por Texas, que permite a la policía detener a migrantes que ingresaron ilegalmente al país, se ajusta a la ley.