Discurso violento

Por José García Sánchez

X: @Josangasa3

 


 

El creador de la inseguridad en palabra y hechos fue Calderón, quien no esconde su mano en el actual discurso de los panistas quienes mantienen una violencia verbal por consigna que sólo puede referirse a la manipulación del ex presidente en la actual política del PAN.

 

La oposición no reconoce avances en el combate contra la inseguridad, porque el tema no es el eje central del proyecto de gobierno ni ese discurso es el tema preferidos de los políticos de la actual administración, por primera vez en más de 26 años. Es necesario que se hable de seguridad siempre, como lo hiciera en sus discursos Calderón para que la oposición se convenza de que ahora sí hay lucha real contra la inseguridad. Se acostumbraron a los anuncios de la violencia, de tal manera que cuando no se habla de inseguridad es porque no existe nada para contrarrestarla.

 

La inseguridad se convierte en bandera de la oposición, como si la sociedad peligrara. Se trata de ajustes de cuentas entre grupos o presiones del crimen organizado contra las fuerzas del gobierno, que avanzan en diferentes frentes para arrebatarles territorios.

 

Ahora se quejan los opositores de los cercos que protegen Palacio Nacional, pero se olvidan, con tramposa facilidad, del día en que Felipe Calderón, a menos de dos meses de tomar el poder a la fuerza, ocupó el Zócalo de la Ciudad de México, con más de un millar de soldados del Estado Mayor y Guardias presidenciales, la Policía Federal y el grueso del Cuerpo de Granaderos de la policía capitalina. El evento del día era el inicio de la sesión del 21 Consejo de Seguridad Nacional. El escenario recordaba más la Decena Trágica, con la plaza llena de traidores a la Patria, que la ceremonia democrática de un Presidente.

 

El show estelar de Genaro García Luna estaba por comenzar sus grandes fechorías, un secretario de Seguridad que ordenaba al Presidente, electo por minoría, lo que debía hacer y decir, según plasma en su libro Nicolás Sarkozy, Los años de las luchas.

 

En ese entonces era indispensable exaltar la inseguridad como un problema generalizado para justificar gastos y encargos al verdadero rey, Genaro García Luna. La oposición adoptó la inseguridad como tatuaje, consigna, razón de ser y valor supremo.

 

Así, la violencia se apoderó del lenguaje de la oposición, todo lo que es agresión forma parte de su bagaje discursivo, como preparando un golpe de Estado y quisieran acostumbrar a los mexicanos al odio. Así se pasó de la guerra contra el narcotráfico de Calderón, a “ganar la guerra” de la señora X.

 

Habrá que allanar el camino de la violencia, que siempre aseguran que no sólo disminuye o se estanca sino que aumenta. Todos los opositores y sus voceros, siempre en subasta, señalan que el país está peor que nunca en materia de inseguridad. Consigna de nado sincronizado que quieren convertir en verdad.

 

Para la oposición si en el discurso gubernamental no se habla de seguridad es que no hay combate contra ese problema. Además, deben dar señales a la prensa internacional sobre el estado de guerra que se vive en México, para que cuando llegue el golpe de Estado que sustituye al viejo fraude electoral, no haya sorpresas.

 

Gobernar infundiendo miedo ha sido la tarea de la derecha en el poder, para manipular mejor a la población, y justificar cualquier corruptela que en nombre de la protección a la población se lleve a cabo.

 

En agosto de 1998, Ernesto Zedillo anunció la Cruzada Nacional contra el Crimen y la Delincuencia, mientras que en enero de 2001 Fox convoca a la Cruzada contra el Narcotráfico y el Crimen Organizado. Calderón declara la guerra al narcotráfico a pesar de que en los primeros meses de su campaña anunció que sería el presidente del empleo. Ahora, luego de varios años de que su legado de sangre es condenado por propios y extraños se reconoce como el gran fabricante de Fake News y violencia política de la historia.

 

Los discursos, la campaña, la manipulación del PAN y su candidata sicofanta, tienen hilos que penden de la mano de Calderón. Hablan su idioma violento y su política agresiva, hacen guerra y no gobierno.