Un tribunal de Londres ha decidido permitir el avance de una demanda que podría acarrear a Sony una pérdida financiera de hasta $7.9 billones de dólares, según informa Reuters.
La demanda, presentada el año pasado, sostiene que Sony está abusando de su posición como el principal distribuidor de juegos digitales en la PlayStation Store al imponer una comisión del 30% a los desarrolladores y editores. Como consecuencia, alega la demanda, PlayStation estaría inflando los precios para los clientes en juegos digitales y contenido descargable (DLC).
A pesar de los intentos de los abogados de Sony por desestimar la demanda, el tribunal ha decidido permitir su continuación. No obstante, se ha estipulado que las personas que realizaron compras en la PlayStation Store después de que se presentara el caso en 2022 deben ser excluidas del grupo de demandantes.
La demanda fue presentada por Alex Neill, defensor de los derechos del consumidor, quien, al anunciarla el año pasado, afirmó en un sitio web dedicado al caso que los problemas datan «al menos desde» agosto de 2016.
Neill expresó su preocupación por las acciones de Sony, señalando que, en medio de una crisis de costo de vida, millones de personas que no pueden permitírselo se ven afectadas, especialmente cuando los videojuegos son ahora la principal industria del entretenimiento en el Reino Unido.
«Sony ha estado explotando a sus clientes del Reino Unido cobrándoles demasiado por los juegos digitales de PlayStation y el contenido del juego a través de su control sobre todo el ecosistema de PlayStation», se lee en la página, calificándola de «anticompetitiva».
Este caso destaca la polémica en torno a la comisión del 30% que Sony cobra, una cuestión que ha surgido previamente en otros litigios legales, como la demanda de Epic contra Apple. En ese caso, el fabricante de Fortnite acusó a Apple de imponer un «impuesto de la App Store», pero el juez falló a favor de Apple.