Israel, el Cuarto Reich

 

Por José García Sánchez

X: @Josangasa3

 

La figura de gran estratega en propaganda a Joseph Goebbels, ministro de Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich, fue creada por los judíos. Necesitaban ocultar que habían tomado por el mango a los medios de información desde el fin de la guerra.

 

 

La información que refinan los judíos en sus laboratorios de lavado de cerebro, como droga adictiva, fue, desde un principio, el gran chantaje mundial, para hacer creer el planeta que eran las víctimas. Lo fueron en su momento. El holocausto se convirtió en un acto sacramental y el nacionalsocialismo en la ira de Satanás. Muchos lo creyeron.

 

 

Cuando se empezó a contabilizar la capacidad de los hornos con el número de víctimas que los judíos aseguran que eran quemados en ellos, las dudas empezaron a crearse. Era imposible arrojar a tantos seres humanos a los hornos crematorios. El tifus mató a miles de judíos en los campos de concentración, por eso los alemanes filmaban los entierros masivos que después se dijo eran muestra de la crueldad al enorgullecerse al haberlos asesinado en las cámaras de gases. La manipulación de los vencedores, choca siempre de frente con la verdad de los vencidos en la historia. El ganador de la Segunda Guerra fue el Estado judío.

 

 

Goebbels no escondía su intención de manipular porque su misión era propagandística no de información; sin embargo, los judíos después de la guerra hicieron de la propaganda la esencia de la información, ahora el control de los medios se les fue de las manos.

 

Así como la información se convirtió en propaganda en el nuevo lenguaje de las supuestas víctimas, la información se volvió trabajo de inteligencia, de ahí que el Mossad se erigiera, desde entonces y hasta ahora, como el mejor servicio de espionaje del mundo.

 

Pero hasta el mejor servicio de espionaje del mundo falla, aunque se consideren de raza superior, de supremacía judía, su espionaje es manejado por humanos comunes y corrientes y, por lo tanto, falló. Nunca se dieron cuenta de que se preparaba un ataque contra su población, y en el descuido, se forjó una ira mayor no sólo contra el grupo armado Hamas sino contra todo lo que huela a Palestina y si heroico pueblo.

 

La derrota fue para sus servicios de inteligencia, pero sobre todo para su estrategia de información convertida en el producto de la manipulación mundial de la mentira y la propaganda de aparente minoría vulnerable que siempre ha querido intentar convencer de serlo el gobierno de Israel.

 

Pensaron que esa conversión mediática de víctima a verdugo no lo había notado el mundo. Creyeron que su información caminaba sin tropiezo por les medios del mundo. Ahora, se sabe que desde hace muchos años hay un genocidio que día tras día crece contra el pueblo palestino, al que castigan por la fuerza y contra la razón.

 

 

La comunidad mundial ha cobrado conciencia sobre la masacre de los judíos, quienes superaron a sus antiguos verdugos a la hora del exterminio. No todas las minorías, (mito que explotaron hasta el aburrimiento), son vulnerables ni víctimas. Los poderosos del planeta pertenecen a una minoría y son no sólo fuertes sino explotadores: los narcotraficantes son una minoría y no por ello son buenos y generosos, mucho menos ejemplo a seguir como si fueran héroes.

 

 

La manipulación judía quedó al descubierto con el ataque de Hamás, y en los medios la derrota no tiene precedente.

 

Los judíos terminaron por ser similares a los nazis y ahora ya los superaron en cuanto a crueldad y rabia contra el mundo. En una Europa en quiebra total, los gobiernos poderosos como Inglaterra, Francia, Alemania e Italia, prohíben las manifestaciones callejeras multitudinarias en favor del pueblo palestino, requieren de los recursos de esa minoría sicópata de los empresarios judíos.

 

 

La ONU fue cómplice de la masacre desde 1948, al permitir que el veto de Israel y Estados Unidos permitiera asentarse a Israel en un territorio que no le pertenece. Se les separó cruelmente, peor que en la división el Muro de Berlín, porque los territorios donde los palestinos viven, están inconexos, para controlarlos mejor y castigarlos sin agua y sin energía eléctrica.

 

Los niños palestinos se orinan de miedo cada vez que escuchan la voz de los y las policías israelíes que, por lo menos los maltratan y escupen, cuando los llevan a la cárcel, para nunca más regresar a sus casas.

 

 

Los niños palestinos pasan las noches gritando de terror, no van a la escuela por temor a ser aprehendidos, anteriormente debían ir por debajo de las calles a la escuelas para no ser vistos por los genocidas, debía cruzar alcantarillas llenas de lodo y ratas, las madres eran su escudo que los llevaba a instruirse.

 

 

Israel puede matar a miles de niños mujeres y ancianos a quienes les avisan que evacúen porque serán bombardeados sus edificios, y en la evacuación los ametrallan, el Estado judío debe reconocer y lo hace por eso tanta frustración y odio, que la batalla de los medios, donde ellos construyeron su imperio de mentiras, esa, la perdieron.