Aviones de combate israelíes atacaron barrio por barrio la franja de Gaza, reduciendo edificios a escombros y provocando que los habitantes corrieran para encontrar un lugar seguro en el pequeño territorio, que ahora es blanco de fuertes represalias por los sorpresivos ataques del fin de semana de combatientes de Hamás, una “venganza” que el gobierno ultraconservador de Benjamin Netanyahu aseguró que “reverberará durante generaciones”.
El saldo siguió en aumento. Del lado palestino han muerto 900 personas, entre ellas 260 niños y 230 mujeres, según las autoridades locales.
Entre los israelíes, las fuerzas armadas reportaron más de mil 200 decesos, incluidos 155 soldados, y 2 mil 800 heridos.
El mando castrense israelí, señaló que 50 israelíes figuran como “rehenes o desaparecidos”, pero Hamás ha sostenido que tiene a más cien personas en su poder y CNN mencionó que los prisioneros eran unos 150.
El ejército israelí dijo que recuperó los cadáveres de mil 500 combatientes de Hamás, lo que no fue confirmado ni desmentido por el movimiento de resistencia islámica.
En el cuarto día de esta guerra, gran parte del vecindario gazatí de Rimal quedó reducida a escombros después de que los aviones de guerra israelíes atacaron durante horas anteanoche. Los residentes encontraron edificios partidos por la mitad o demolidos, convertidos en montones de hormigón y varillas.
Había automóviles aplastados y árboles quemados en calles residenciales que parecían paisajes lunares.
Las fuerzas de defensa civil palestinas rescataron a Abdullah Musleh y a otras 30 personas de su sótano luego de que su edificio de departamentos fue arrasado por la operación aérea.
ATAQUE A GRAN ESCALA
El ejército israelí informó que atacó cientos de objetivos en Rimal, un lujoso distrito que alberga los ministerios del gobierno de Hamás, así como universidades, organizaciones de medios de comunicación y oficinas de organismos de ayuda.
En una nueva táctica, Israel advierte a los civiles que evacuen vecindario tras vecindario, y luego perpetra los ataques, en lo que podría ser el preludio de una devastadora ofensiva terrestre sobre Gaza.
Los rumores sobre esta incursión se intensificaron luego de que el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, declaró se prepara para un “ataque a gran escala”.