Este jueves, Japón comenzó la descarga al océano del agua residual acumulada en la accidentada central nuclear de Fukushima en un plan que fue defendido como seguro por Tokio y la agencia reguladora de la ONU, pero severamente criticado desde China.
Cabe destacar que la descarga de alrededor de 540 piscinas olímpicas de agua durante décadas en el Pacífico, es un paso importante para desmantelar la central, todavía muy peligrosa doce años después de uno de los peores accidentes nucleares que se haya visto en la historia.
Un video en directo retransmitido por el operador de la planta TEPCO mostró a los ingenieros de la empresa trabajando en ordenadores mientras un responsable informaba, luego de una cuenta atrás, que «se están abriendo las válvulas cerca de las bombas de trasvase de agua».
En el recinto estaba prevista la presencia de inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica de la ONU, que dio el visto bueno al plan, para supervisar el proceso.
Más tarde este jueves, operadores de TEPCO tomarán muestras del agua y los peces en la zona del vertido
«Es como lanzar una bomba atómica al océano. Japón es el primer país que fue atacado con una bomba atómica en el mundo y el primer ministro tomó esta decisión», lamentó Kenichi Sato, de 68 años.
Con información de Milenio