Durante la marcha del 25 de noviembre por el Día Internacional por la Eliminación de Violencia contra las Mujeres, culminó con un ataque armado en Guaymas, Sonora.
En dicho evento, Marisol Cuadras: activista y feminista de 18 años, fue asesinada mientras se manifestaba en el Palacio Nacional de dicha entidad.
Marisol pensaba que toda acción tiene “su eco en la eternidad”: por eso mostraba su compromiso con el medio ambiente y su activismo por el feminismo la llevó a formar parte del colectivo “Feministas del Mar”.
Estudiaba en el Centro De Estudios Tecnológicos Del Mar Guaymas, institución que a propósito del deceso de Cuadras, expresó un mensaje para lamentar lo ocurrido.
“Lamentables hechos del día de hoy, más lamentables los resultados, CETMAR pide no más violencia, no más inocentes caídos. Te quiero GUAYMAS, te quiero fuerte UNIDOS por ellos…”, comunicó el centro educativo.
En redes sociales, Marisol se nombraba como una soñadora y que buscaba cumplir sus proyectos; así como ser alguien que buscaba trabajar “por un bien común hacia la sociedad”.
Sabía que su tono de voz era “imponente, muy fuerte” y que contaba con una gran energía que aseguraba que la podría “llegar a meter en problemas”, pero no le importó.
Afirmó siempre tener presente que no se callaría: “porque puedo decir lo que siento y se me dé la gana, en el volumen que yo quiera”.
Junto con las vías de comunicación oficiales de “Feministas del Mar”, Cuadras igualmente difundió la convocatoria para marchar este 25 de noviembre con rumbo hacia el Palacio Municipal de Guaymas.
Solo quería un mundo mejor: Mamá de Marisol pide justicia y lamenta asesinato de su hija
Poco tiempo después del anuncio del asesinato de Marisol, su madre compartió un mensaje en su Facebook personal, lamentado el deceso de su hija, quien solo quería “un mundo mejor”.
“Yo soy una madre más que ha perdido en una manifestación a lo más importante que se puede tener en esta vida: un hijo.
Yo soy la madre de otra víctima más, sepan que no era nada de lo malo que se pueda decir.
Todos y todas las personas que estuvieron con ella como amiga en este corto lapso de su vida sabían que era una mujer sana con sueños, con toda una vida por delante.
Sí es verdad que quería alzar la voz y manifestarse, sí es verdad y es no da el derecho de juzgar.
No era violencia lo que promulgaba, lo que gritaba: era sólo un mundo mejor para la mujer, para el planeta.
Alzo la voz en tu nombre mi amor, por el derecho a la libertad de expresión sin violencia; alzo la voz por la injusticia, alzo la voz por todas y todos los que se han ido. Descansen en paz”.
Con información de Sin Embargo