Un polémico caso ha causado ruido, ya que una pequeña de 11 años quedó embarazada tras sufrir reiterados abusos sexuales por parte de su abuelastro.
Esta situación ha provocado conmoción y un nuevo debate entre quienes defienden el derecho de la menor de interrumpir la gestación y quienes rechazan esta posibilidad.
El suceso fue denunciado en Yapacaní, en la región oriental de Santa Cruz, en Bolivia, donde la menor vivía bajo el cuidado de su abuelastro de 61 años, ya que sus padres viajaban constantemente por motivos de trabajo.
La niña comentó a una prima «que sentía unos movimientos extraños en su vientre y la prima le cuenta a su madre y es así que la tía es quien presenta la denuncia».
El agresor fue encarcelado y la menor, con 21 semanas de gestación, está ingresada en un hospital.
Al principio la madre de la niña pidió la interrupción del embarazo, acogiéndose a una sentencia constitucional de 2014 que establece que una víctima de violencia sexual puede abortar sin necesidad de una orden judicial y al margen del periodo de gestación en que se encuentre.
Sin embargo, por la «injerencia» de una organización perteneciente a la Iglesia católica la mujer desistió que se interrumpa el embarazo de su niña.
‘No quiero ser madre’, menor implora ayuda, solo tiene 11 años y fue abusada
La menor había manifestado previamente a una junta médica que «no quiere ser madre», por lo que se le suministró una primera dosis del medicamento para interrumpir la gestación.
Ana Paola García, directora ejecutiva de la Casa de la Mujer, comentó que la madre de la chica presentó un memorial de desistimiento junto a una carta manuscrita en que la niña supuestamente manifiesta que ya no quiere someterse al procedimiento, por ahora paralizado.
«Es un crimen lo que se está haciendo con esta criatura porque en un país justo las niñas no son madres», sostuvo García.
«Esta situación es alarmante, la violencia sexual flagela a Bolivia todavía y las niñas siguen siendo las principales víctimas», lamentó.
Con información de El Universal