En medio de una pandemia global, Noruega no se anda con medias tintas con tal de contener el coronavirus, por ello implementó una serie de medidas y multas para quien no las respete, sin importar que se trate de nada más y nada menos que de la máxima autoridad del país.
La Policía de Noruega comunicó que la primera ministra Erna Solberg fue multada con el equivalente a 2 mil 300 dólares por no haber respetado medidas sanitarias y de restricción impuestas por su propio Gobierno. En un festejo personal la funcionaria se reunió con 13 personas de su miembro cuando se ha establecido un máximo de 10 integrantes en una reunión.
«Aunque la ley es igual para todo el mundo, no todo el mundo es igual. Solberg es la principal representante del país y ha explicado en varias ocasiones las decisiones del Gobierno sobre las medidas para frenar la pandemia», señaló el jefe de la Policía noruega, Ole Saeverud. Destacó que la multa busca «mantener la confianza pública en las normativas de control de la infección».
A finales de febrero Solberg y sus familiares se reunieron en la localidad de Geilo, célebre por sus pistas de esquí, para celebrar su 60 cumpleaños. El día 25, según reveló la cadena estatal NRK, 13 miembros de la familia cenaron juntos en un restaurante, a pesar de que las reglas limitan a 10 el número de personas que pueden asistir a un evento privado en un espacio público. Solberg no acudió a la cena porque a última hora tuvo que ir a un hospital por problemas oculares. Sin embargo, al día siguiente, ella y los 13 familiares se reunieron en su apartamento para comer sushi.
Sin embargo, y para cátedra de honestidad y congruencia, en una publicación en su cuenta de Facebook, Solberg admitió que su comportamiento era vergonzoso y reiteró sus disculpas a los ciudadanos noruegos.